En la edición de este mes de Gestión del Rendimiento de la Seguridad, Bill Wilson explora la importancia de analizar y comprender el éxito con la misma diligencia que las organizaciones suelen dedicar a los fracasos. Argumenta que los líderes a menudo pasan por alto los éxitos cotidianos, perdiendo la oportunidad de identificar y replicar lo que funciona. Argumenta que, al centrarse en el éxito, las organizaciones pueden destinar recursos a iniciativas de impacto, reducir el desperdicio y mejorar el rendimiento a largo plazo, convirtiendo la mejora sostenida en una prioridad estratégica y no en un resultado fortuito.